¿Cuál era la oferta? El Señor de los anillos de Peter Jackson no menciona que Sauron envió un mensajero al reino de los enanos

Los diferentes pueblos de la Tierra Media de Tolkien no siempre se han llevado bien entre ellos. De hecho, casi puede decirse lo contrario. Pero todos parecen unidos frente a la amenaza común que supone Sauron, ¿verdad? Bueno, a lo mejor no tanto, porque los enanos siempre han mirado por los enanos, aunque eso suponga valorar una alianza con el Señor Oscuro de Mordor, pero eso no te lo cuentan las películas de El Señor de los Anillos de Peter Jackson.

Reservados, orgullosos y tremendamente pragmáticos, los hijos de Durin rara vez han participado en las grandes guerras del mundo exterior si no les afectaban directamente. La caída de Sauron puede parecer algo que beneficia a todos las razas de la Tierra Media, pero para los enanos, lo primero ha sido siempre su oro, sus reinos subterráneos y su legado. Hasta el punto de que, en algún momento, valoraron muy seriamente una alianza con el mismísimo Señor Oscuro. Y esto, como bien señalan nuestros compañeros de Mein MMO, es una parte clave de la historia que las películas simplemente omiten.

La visita del mensajero de Mordor

En los años previos al Concilio de Elrond, cuando la sombra de Mordor se alzaba sobre la Tierra Media, un emisario del mismísimo Sauron se presentó en la puerta del Reino bajo la Montaña, en Erebor. La oferta era tentadora: una alianza entre enanos y Sauron. A cambio, el Señor Oscuro prometía amistad, riquezas, y la devolución de tres de los legendarios Anillos de Poder que en su día fueron entregados a los reyes enanos. Incluso ofrecía Moria, el gran reino perdido bajo las Montañas Nubladas, como recompensa.

La propuesta tenía un cariz casi diplomático. No se exigía inmediatamente el sometimiento, sino información: el paradero de un hobbit llamado Bolsón que podría portar un anillo de gran poder. Para muchos enanos esto podría haber sido una salida beneficiosa. Pero no para el Rey Dáin II Pie de Hierro. Dáin, sabio y experimentado, no se dejó engañar. Conocía los peligros de Sauron y, aunque no respondió directamente al mensajero, dejó claro su rechazo al preparar Erebor para la guerra. Al mismo tiempo, envió a su hijo Glóin y a su nieto Gimli a Rivendel. Iban a advertir a Elrond de los movimientos de Mordor y, también, a proteger a Bilbo, que se encontraba en la casa del medio elfo. Y así, Gimli acabó sentado junto a elfos, hombres y un hobbit portador del Anillo Único en el Concilio de Elrond.

Los Anillos de los Enanos: regalos envenenados de Sauron

Para entender la tensión entre Sauron y los enanos hay que remontarse al origen de los siete anillos que el Señor Oscuro entregó a las Siete Casas Enanas. Forjados junto al resto de los Anillos de Poder durante la Segunda Edad, estos objetos estaban destinados a corromper a los reyes enanos y someterlos a la voluntad del portador del Anillo Único. Pero algo no salió como Sauron esperaba.

Los enanos, orgullosos y resistentes, no sucumbieron como los hombres. No se convirtieron en espectros, como los Nazgûl. En lugar de eso, los anillos acentuaron su avaricia, empujándolos a amasar riquezas colosales y construir reinos brillantes pero inestables. Erebor, por ejemplo, alcanzó su máximo esplendor bajo la influencia de uno de estos anillos. Pero también despertaron la codicia de dragones como Smaug, lo que llevó a la ruina a más de un linaje. Sauron acabó por recuperar algunos de estos anillos. Otros fueron devorados, literalmente, por dragones en sus saqueos. Para la Tercera Edad, solo uno de ellos permanecía aún en manos enanas: el que tuvo el Rey Thrór, abuelo de Thorin Escudo de Roble, hasta su trágico final a manos del orco Azog.

¿Hubo enanos del lado de Sauron? Sí, pero pagaron un precio muy alto

Los escritos de Tolkien establecen que aunque los grandes reinos de Durin jamás cayeron oficialmente en manos del Señor Oscuro, hubo enanos que sí se unieron voluntariamente a sus filas. Esta es una parte oscura de la historia que rara vez se menciona, incluso en los libros. Estos enanos fueron expulsados de sus comunidades y considerados traidores. Aquellos que sobrevivieron acabaron formando pequeños clanes marginales o uniéndose a los orcos.

Con el tiempo, sus descendientes se deformaron física y moralmente, olvidaron los saberes ancestrales de la forja, fueron repudiados por el resto de razas, y aunque es difícil saber si alguno seguía con vida durante los eventos de El Señor de los Anillos, hay teorías que apuntan a que pudieron acabar formando parte de las fuerzas de Sauron, casi irreconocibles como lo que alguna vez fueron.

Una historia que merecía contarse

Que las películas de Peter Jackson no incluyeran este episodio en sus adaptaciones no es raro. Con tanto que abarcar, era lógico que ciertos matices se quedaran fuera. Pero este detalle, la oferta de Sauron a los enanos, arroja una luz fascinante sobre la historia que no conocimos en la gran pantalla.

También nos recuerda que los enanos, tan dados al aislamiento y a sus propios asuntos, fueron una pieza clave en la lucha contra la oscuridad. Que Gimli llegase al Concilio de Elrond no fue una casualidad, ni una coincidencia. Fue una respuesta calculada, una apuesta por la supervivencia y un gesto de colaboración a pesar de la desconfianza que elfos y humanos despertaban entre los enanos. En la Tierra Media, como en la vida, los gestos pequeños marcan grandes diferencias. Y a veces, decir "no" a una oferta demasiado tentadora es lo que separa a los héroes de los traidores.

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