"Mi salud mental era un desastre". El padre de la saga BioShock confiesa y lamenta que se cerrara el estudio tras el estreno de BioSock Infinite

Pocos nombres resuenan con tanta fuerza en la industria de los videojuegos como el de Ken Levine, el visionario detrás de la saga BioShock. Su capacidad para fusionar su profunda narrativa y el brillante diseño en un universo de lo más particular y diverso es irable. Gracias a él y a su anterior equipo pudimos disfrutar de las ciudades de Rapture y Columbia, el mar y el cielo representados de una manera brillante que invita a reflexionar sobre el poder, la moralidad y la libertad.

Aunque a él se le reconozca el éxito de la saga BioShock, Levine está atormentado por lo que sufrió en su último juego de la franquicia, lanzado en 2013. El creativo ha concedido una entrevista con la revista Edge donde reflexiona sobre su pasado y habla sobre lo que sufrió durante y después del desarrollo de BioShock Infinite, aunque lo que también le sorprendió fue la decisión de cerrar Irrational Games, desarrolladora de los títulos que os hemos mencionados.

"El cierre de Irrational Games fue complicado. Sentí que no estaba capacitado para ese rol. Eres una persona creativa y, de repente, a medida que aumenta tu visión de lo que quieres hacer, tienes que convertirte en un gerente para lo que tienes formación ni habilidades. Mi salud mental era un desastre durante Infinite. Estaba estresado, había muchas cosas personales ocurriendo en mi vida en ese momento, y luego murieron mis padres. Simplemente no podía hacerlo más, y no creía que tuviera la confianza del equipo", cuenta.

El cierre de Irrational Games fue inesperado

"Mi intención era ir a Take-Two y decir: 'Mirad, solo necesito empezar algo nuevo, e Irrational debería continuar'. Por eso no mantuve el nombre de Irrational. Pensé que iban a continuar. Pero no era mi compañía, la vendí, así que trabajaba para Take-Two, y el estudio era suyo. La decisión se tomó a nivel corporativo; no pensaron que debían continuar con el estudio como una operación en marcha. Mi sensación era que probablemente habría tenido sentido", narra Levine.