La quinta expansión de Fallout 3 ya está entre nosotros, y con ella el cierre en cuanto a contenidos descargables para el exitoso RPG de Bethesda. Mothership Zeta parte con una propuesta apasionante, pero rápidamente queda tristemente ensombrecido por un desarrollo demasiado repetitivo.
Bethesda Softworks ha sacado buen partido de Fallout 3 en cuanto a contenidos descargables, y a pesar de no hacer ni un año de su puesta a la venta, ya nos ha brindado cinco expansiones con más que notables resultados.
La última de ellas es Mothership Zeta, un auténtico delirio alienígena que si bien comienza con acierto al proponer un entorno totalmente diferente a lo que podríamos esperar –siguiendo la línea del brillante Point Lookout en este sentido-, lo cierto es que acaba derivando con demasiada precocidad en un espectáculo de acción algo reiterativo.
Nave Nodriza
Mothership Zeta da comienzo cuando en nuestro PipBoy recibimos una llamada de emergencia de un platillo volante que se encuentra enclavado en un punto determinado del escenario. Al acercarnos seremos abducidos por una raza alienígena que nos llevará hasta el espacio para experimentar con nosotros, y será ahí precisamente donde empiece nuestra aventura.
La principal virtud del videojuego es precisamente la de ofrecer un escenario fresco, que nos aleje lo más posible del Yermo y que nos brinde un mundo totalmente inédito del que participar. Esto para algunos puede suponer un soplo de aire en el hipertrofiado y desértico escenario de Fallout 3, puede ser así mismo poco menos que una blasfemia para otros, puesto que se aleja muchísimo de lo visto hasta ahora.
En la nave espacial daremos con diferentes tipos de alienígenas con los que deberemos acabar, aunque no todos son marcados como enemigos, y algunos de ellos nos robarán Karma si los aniquilamos. Este es el único nexo que hay entre Mothership Zeta y el universo Fallout 3, y se nos antoja una forma algo gratuita de incluir el sistema del bien y el mal en la quinta expansión.
En su momento defendimos el fuertemente criticado Fallout 3: Operation Anchorage porque consideramos que su oferta de acción sí encajaba con el espíritu del videojuego, y porque sosteníamos también que su amplia variedad de situaciones sí ofrecía alternativas de interés al no particularmente brillante sistema de apuntado del videojuego. Con Mothership Zeta, sin embargo, no podemos emplear los mismos argumentos, puesto que los patrones de la acción no dejan de repetirse y porque todo el proceso acaba siendo demasiado rutinario.
Así pues en todo momento Mothership Zeta deja la decepcionante sensación de poder haber sido mucho más brillante de lo que en realidad es. Su acabado técnico está por encima de la media del resto de añadidos, francamente irregulares en este sentido, sin embargo puede que nos encontremos ante la expansión menos imaginativa de Fallout 3 pese a su apasionante premisa de partida. El guión es francamente malo, los diálogos poco inspirados, y las cuatro horas de su duración dejan en todo momento el flojo sabor de boca del haber brindado apenas un par de momentos que realmente merecen la pena –paseo espacial incluido-, y sobre todo la triste sensación de que el resto es puro relleno.
Discreto 334t51
Para todos aquellos para quienes el Yermo ya no tiene secretos pueden encontrar diversión en Mothership Zeta, aunque deben estar advertidos de que la dosis de acción es alta, el rol escaso y la historia muy poco inspirada. Una despedida de Fallout 3 que no está a la altura del resto de expansiones.