Los numerosos retrasos y despidos casi terminan enterrando el proyecto, pero Paradox decidió seguir adelante.
Existen títulos con desarrollos muy conflictivos, tal y como ha sucedido con el retiro total de sus creadores, uno pensaría que el juego sería cancelado, y Paradox Interactive pensó lo mismo, pues el proyecto estuvo a punto de desaparecer.
Fredrik Wester, CEO de Paradox, itió en una entrevista reciente el hecho de que estuvo cerca de tomar esa decisión. "Cuando despedimos a la desarrolladora original pensamos si debíamos cancelar el proyecto o seguir adelante".
Según Wester, Paradox estaba listo para detener la producción completamente, pero con ese horizonte claramente visible, los responsables se animaron a continuar, contratando a un nuevo equipo, el cual Wester describe como "experimentado y talentoso".
El nuevo estudio a cargo de Bloodlines 2 ha lanzado ya varios títulos, y Paradox confía en que el producto final será bueno, y sobre todo digno para las expectativas de la gente.
Paradox agradeció la labor que Hardsuit Labs, los desarrolladores originales, hicieron mientras duró la alianza. Sin embargo, Wester luce claramente más tranquilo con los cambios que, por muy repentinos que fueran, tuvieron que realizarse.