Mi experiencia como jugador empezó hacia finales de los años 80, y como tal nunca he entendido el mercado de videojuegos sin exclusivas. Ya en la era en que Nintendo y Sega luchaban encarnizadamente por la supremacía en el sector, había exclusividades. La industria siempre se ha configurado en torno a un binomio hardware-software en que las consolas están al servicio de sus lanzamientos, y viceversa. Después de décadas con esta lógica, puede que dentro de unos años esta dinámica vaya a cambiar. La cuestión es: ¿cuánto?
Esta es la pregunta que me hago tras las recientes declaraciones procedentes de ejecutivos de Sony y Microsoft. Por un lado, tenemos la noticia de que cada vez Xbox y la llegada de varios de sus exclusivos al ámbito multiplataforma. ¿Qué está pasando? Podría pensarse que hay un cambio de paradigma, pero creo que es un tema complejo y con varias aristas que tienen un denominador común: los altos costes de los exclusivos y, por supuesto, la maximización de beneficios.
El futuro de los exclusivos está en juego
No os descubro nada nuevo si os digo que los desarrollos triple-A tienen un coste elevadísimo. No obstante, siempre resultan alarmantes datos como que un juego AAA que costaba hace unos años entre 50-150 millones, Phil Spencer afirmó en un mail filtrado que el círculo en que habían entrado las grandes desarrolladoras entrañaba serias dificultades para crear nuevas IP y afrontar riesgos.

Y aquí viene el meollo de la cuestión, porque según Spencer el futuro pasa por generar mayores beneficios en una industria que, asegura, ahora mismo está estancada. ¿Cómo hacerlo? Su solución la dejó clara en su última intervención: Hi-Fi Rush.
La pregunta que podemos hacernos es: ¿es esto el comienzo de algo más grande? De momento, esto parece un experimento para comprobar el alcance de la medida, pero Spencer ya ha itido que en los próximos 5-10 años los juegos exclusivos serán cada vez una parte más pequeña de la industria. Todo apunta a que así podría ser, pero personalmente no concibo una industria sin exclusivas, porque entonces no tendría sentido la existencia de distintas marcas como Nintendo.

Incluso aunque algún día desaparezcan las consolas y juguemos en la nube a través de servicios de pago, las exclusivas deberían seguir existiendo. ¿Acaso no tienen sus propias series y películas servicios como Netflix, Disney Plus o Prime Video? Un está en una plataforma por sus contenidos, así que no me entra en la cabeza que Xbox algún día abandone totalmente este modelo, porque sería un suicidio. Como dijo hace poco Yves Guillemot (presidente de Ubisoft), los ejecutivos de Xbox "decidirán lo que es mejor para ellos".
Y actualmente lo que es mejor para ellos está claro: rentabilizar sus licencias y sacar réditos de la reciente adquisición de Activision-Blizzard y Bethesda. Lo hará con mucha cabeza, no me cabe la menor duda, poniendo en valor sus consolas y por supuesto el Game . De hecho, estoy pensando en el efecto que podría tener que, por ejemplo, te pusieran Halo: The Master Chief Collection en PS5 o Nintendo Switch. ¿Podría atraer a los s para que en el futuro se compraran una Xbox o se suscribieran a su famoso servicio de suscripción? No es ninguna tontería. La estrategia podría servir ya no solo para vender más, sino como un modo de publicitar sus licencias más allá de sus propias plataformas.

Si no, pensad en el efecto que tiene Microsoft, en este sentido, y con una estrategia más diferenciada, esté yendo un paso por delante del resto, pero esto solo nos lo dirá el paso del tiempo. Desde luego, es una táctica empresarial que entraña sus riesgos, y me parece muy valiente por su parte. Ahora queda por ver cómo evoluciona, aspecto que será fascinante de ver por cualquier amante de los videojuegos. Se avecinan años muy interesantes.
Ver 40 comentarios