Fuera de la vorágine de los lanzamientos mensuales, sean grandes títulos, ese sleeper que se reivindicará al final del año o ese indie que está pasando desapercibido, es una realidad que la gran mayoría de títulos que se lanzan al mercado acaban cayendo en el olvido a los pocos meses. Esto se acrecienta más con los títulos clásicos, cuya preservación es una cuenta pendiente de la industria en la que solo se están dando pasitos muy pequeños, y siempre que conlleve la vía comercial.
Luego hay casos extremos como el de Tripitaka. Un juego que no solo es normal que no te suene sino que no debería sonarte. Hasta hace muy poco había una única copia conocida. Y antes de eso se ponía en duda siquiera que existiera. Gracias al trabajo de Bruno de Figueiredo, del que se hacen eco en Time Extension, ahora sabemos no solo que este juego sí llegó a existir, sino exactamente cómo era.

Tripitaka es la secuela del ya de por sí bastante desconocido Cosmology of Kyoto. Una suerte de visual novel con filón educativo que salió en PC en 1993, que pese a sus pobres ventas consiguió un pequeño séquito de seguidores. Entre ellos Robert Ebert, reconocido crítico de cine que lo hablaba de él como uno de los pocos videojuegos que había disfrutado nunca.
Esta recepción garantizó un lanzamiento aún menor para su sucesor. De hecho, durante muchos años Figueiredo no tenía claro de que este se hubiese llegado a distribuir físicamente, ya que la única referencia al título que había existía en curriculums online de sus creadores. No ha sido hasta hace poco cuando ha dado con la única copia física conocida del título en un mercado online, y tras una puja se lo llevó por 300 dólares.

Tras adquirirlo, Figueiredo no ha perdido el tiempo y tomó medidas para preservar el videojuego y que otros pudieran experimentarlo. Subió así un archivo ISO a Internet Archive que cualquiera puede descargar gratuitamente, además de un gameplay completo a Youtube, cuya partida dura unas cuatro horas.
En cuestión de unos días, el juego ha pasado del anonimato a ser experimentado por los más curiosos de la historia del videojuego. En Backloggd (una red social de videojuegos) un jugador que lo ha reseñado alababa su "precioso arte, doblaje espectacular y gran banda sonora", pero lamentándose eso sí que sea mucho más lineal y limitado. que su antecesor. En palabras de Figueiredo, pudo deberse al menor prespuesto y presiones internas del estudio.
Experto en historia del videojuego japonesa, no es el único trabajo valioso que Figueiredo ha hecho este año. Hace unos meses le estuvo siguiendo la pista a un primitivo simulador de trenes que precedía a cualquier otro juego japonés conocido, con las posibles implicaciones que tiene para la industria del videojuego asiática.
Imágenes: Bruno de Figueiredo
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