En 2012, ganó 275 euros vendiendo sitios en la fila de espera del iPhone 5. Hoy, 13 años después, lo ha convertido en un negocio millonario 733658

Robert Samuel comparte su particular historia y señala cómo convirtió una oportunidad en el negocio de su vida gracias al iPhone 5 1j701f

¿Odias hacer cola? Si alguna vez has comprado un producto de lanzamiento, lo más probable es que hayas tenido que esperar en una fila hasta que llegase tu turno. Esto suele ser común con productos tecnológicos de la talla de la serie RTX 50 de NVIDIA. Sin embargo, lo que seguro que no sabías es que un hombre lleva 13 años ganando dinero por hacer cola en tu lugar.

Como señala GameStar, Robert Samuel se define de la siguiente manera: "Soy un anfitrión profesional de filas". Lo que para muchos es un momento que consigue acabar con su paciencia, para Samuel fue una oportunidad de negocio. Por ello, decidió fundar la empresa Same Ole Line Dudes en Nueva York, un negocio que consiste en esperar en filas por otros. Sí, has leído bien, esa es la finalidad de la empresa de Samuel. Como parte de su cartera de opciones, ofrece la posibilidad de esperar en filas para obtener productos, entradas, mesas exclusivas y, como no podía ser de otra forma, dispositivos tecnológicos.

Su negocio nació gracias al iPhone 5 4n4y5a

Vamos a echar un vistazo al pasado: ¿te acuerdas cuando salió a la venta el iPhone 5? El 24 de septiembre de 2012, escribimos una noticia conmemorando las 5 millones de unidades vendidas del dispositivo, una situación que llevó a Tim Cook a declarar que estaban haciendo todo lo posible por satisfacer la demanda. Para Samuel, este estreno fue la ocasión perfecta para empezar su negocio, ya que vendió su lugar en la fila del iPhone por 92 euros. Tras repetir el mismo proceso varias veces ese día, terminó ganando 275 euros en apenas unas horas.

Sorprendentemente, no fue la industria tecnológica quién hizo estallar su negocio, sino el auge de los cronuts (una fusión entre el croissant y el donut), ya que muchas personas esperaban durante horas para adquirir uno. Gracias al impacto que tuvo esa idea, hoy en día cuenta con un equipo de 45 empleados que se turna en casos extremos, dado que algunos acontecimientos requieren colas muy prolongadas. De hecho, dicha situación le ha permitido fijar tarifas: el precio base de espera es de 46 euros por dos horas, costando cada hora adicional otros 23 euros.

Sin embargo, esta condición no es la única que Samuel cobra. Si hay mal clima (véase, por ejemplo, lluvia, nieve o calor extremo), añade 2,75 euros por hora. Las esperas nocturnas, por su parte, llevan un recargo de 13,80 euros, mientras que las solicitudes urgentes el mismo día cuestan 18,40 euros más. Además, el precio sube durante temporadas altas y, por ende, es más caro contratar el servicio en Navidad. A pesar de las quejas, el negocio de Samuel es un éxito y él lo defiende de la siguiente manera: "Si pagamos por pasear perros o cuidar niños, ¿por qué no pagar para que alguien espere por ti?".

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