Adam Sandler no es un mal actor. Su tendencia a protagonizar comedias poco inteligentes en su premisa nos ha hecho a más de uno cogerle cierta tirria. Pero como ya demostró hace ya un lustro con Diamantes en bruto, el neoyorquino es capaz de sumergir al espectador en dramas apabullantes. Ahora, vuelve a demostrar sus dotes interpretativas en una de las historias de ciencia ficción más íntimas y sorprendentes que vamos a poder ver este año, El astronauta.
A millones de kilómetros, solo en el espacio, o casi
Recalco lo de sorpresa porque, pese a existir un libro previo que quizás nos podría haber dado una idea de por dónde iban a ir los tiros, nada de lo visto hasta ahora de la promoción de esta pequeña producción para Netflix con aroma a cinta independiente me había preparado para encontrarme con un viaje tan conmovedor, un recorrido por la psique de un hombre solitario a millones de kilómetros de casa que trata de ordenar sus pensamientos y descubrir qué es lo más importante en su vida, todo mientras afronta una posible ruptura con el amor de su vida y con la compañía de una criatura arácnida alienígena.
En El astronauta, Adam Sandler descubre qué es lo más importante hablando con una araña alienígena
Si bien hay momentos donde cuesta mantener la atención, tantos que soy consciente de que algún espectador desistirá de seguir viéndola por no encontrar más que puro aburrimiento en su poco más de hora y media de metraje, creo necesario defender el maravilloso trabajo de introspección realizado por Johan Renck siguiendo la novela homónima de ciencia ficción de Jaroslav Kalfar. Esto es mucho más que ver a Adam Sandler de terapia con Paul Dano en el espacio.
Quienes a veces hemos tenido que afrontar una travesía en solitario en algún momento de nuestra vida, ya sea por tener que estudiar o trabajar fuera de casa algún tiempo, o por cualquier motivo que se nos pueda ocurrir, logramos empatizar muy bien con el personaje de Jakub, tanto que nos hubiera gustado tener a una araña como Hanuš (nombre que Jakub le pone a la criatura ya que en su especie no se "bautizan") ayudándonos a traer un poco de paz a nuestro caos interno para recordar aquello que más felices nos hizo.
Una historia más intimista que de ciencia ficción
Toda esta historia de reflexión transcurre al mismo tiempo que viajamos hasta un extraño y colorido espacial al que ha sido enviado Jakub haciendo historia para su país, aunque como le recordarán desde Tierra desde Corea del Sur le pisan los talones. En realidad no hay mucho que destacar de este apartado, más allá de la de ofrecer un telón de fondo bastante atractivo e hilado, que me trajo de vuelta cierta sensación de dejá vú con el final de Interstellar, y una nave funcional y retrofuturista, sin ese blanco tan protagonista de la ciencia ficción actual.

El film se sostiene así por los diálogos de Sandler y Dano (este último solo poniendo voz a la araña espacial), con el primer actor consiguiendo transmitir muy bien sus sentimientos a lo largo de la película. Lo mismo su esposa, que tiene bastante más protagonismo del que pensé inicialmente al ver el tráiler del film.
En definitiva, creo que El astronauta es una historia íntima de exploración espacial y de autodescubrimiento muy competente y con mucho que ofrecer que, por su ritmo excesivamente pausado y contemplativo, quizás no sea para todo el mundo. Pero cuando llega el fundido a negro acabas con una sonrisa y me alegra mucho saber cómo desde Netflix apuestan por proyectos como este, aunque sus tres años de posproducción me hacen igualmente pensar que no estaban del todo entusiasmados desde Los Gatos con el producto que tenían.
Ver 1 comentarios