Chema Mansilla
Editor - Cine y TVCuando uno tiene mucha pena, hay quien hace frente a sus problemas yendo a un psicoterapeuta. Hay a quien le da por beber hasta que no sabe dónde tiene las orejas. Otros huyen hacia mundos fantásticos llenos de peligros, extrañas criaturas y dioses coléricos. Helen Cole hace las dos últimas cosas, y es la protagonista de uno de mis cómics preferidos de los últimos meses. Helen de Wyndhorn, publicado originalmente por Dark Horse y en España por Norma Editorial, no solo es de lo mejor del cómic contemporáneo en lo narrativo y lo artístico, sino que también funciona como una poderosa reflexión sobre el duelo, la herencia y la identidad.
Con un pie en el realismo emocional y otro en la fantasía más desbordante, la historia nos lanza a una espiral de misterio y aventuras que remiten tanto a los mitos clásicos como a las narrativas pulp de principios del siglo XX. Y lo hace con una mezcla estilística que sabe a Conan, pero con el corazón triste de Cumbres Borrascosas y el alma juguetona de El Mago de Oz. Una alquimia literaria difícil de lograr, pero que aquí funciona de maravilla.
Cuando el dolor te arrastra a mundos imposibles
Todo comienza con la muerte de C.K. Cole, un fracasado escritor de novelas pulp, creador del legendario guerrero Othan, y padre de la joven Helen. Su fallecimiento lleva a nuestra protagonista a Wyndhorn House, una mansión majestuosa e inquietante, casi tan legendaria como los mundos que su padre escribía. Allí, entre salones cargados de polvo, colecciones de armas exóticas, interminables bibliotecas y pasillos que parecen cambiar con la luz, Helen se siente sola. Su solución es beber todos los días hasta perder el sentido.
No importa si vienes por los dragones o por los traumas familiares: aquí encontrarás ambas cosas
La mansión, lejos de ser un simple escenario, actúa como un personaje lleno de secretos, y más allá de sus muros, aguarda un bosque que no está en ningún mapa y al que tiene prohibido ir. En ese cruce entre lo literario y lo onírico, Helen descubrirá que su herencia no es solo emocional o económica, sino también heroica y peligrosa.
El trío creativo que transformó a Supergirl
Hablar de Helen de Wyndhorn es hablar también de sus artífices. La serie supone la reunión del equipo que convirtió Supergirl: Woman of Tomorrow en una de las mejores historias publicadas por DC Comics en los últimos años: Tom King al guion, Bilquis Evely al dibujo y Matheus Lopes al color. Si esa versión de Supergirl ya desbordaba ciencia ficción y épica, aquí redoblan la apuesta con un relato más oscuro, más introspectivo y, por momentos, incluso más poético.
Tom King, conocido por su enfoque psicológico y existencial en personajes como Vision, Batman o Mr. Miracle, encuentra en Helen Cole una nueva vía para explorar el trauma y la reconstrucción del yo. Evely, por su parte, logra un equilibrio perfecto entre lo etéreo y lo grotesco, mientras que Lopes tiñe cada página con una paleta que va del gótico sepia a los estallidos de color más lisérgicos. Su trabajo en Helen de Wyndhorn les ha valido varias nominaciones a los Premios Eisner (el galardón más importante del cómic nortemaricano) y una adaptación cinematográfica de Supergirl: Woman of Tomorrow ya en marcha de la mano de James Gunn y Craig Gillespie.
Una historia que se nutre de mitos y leyendas
Helen de Wyndhorn bebe de muchas fuentes, y no lo oculta. Que hayan decidido embarcarse en un nuevo universo con Helen de Wyndhorn tras pasar por algunos de los mayores personajes de DC habla del tipo de historias que quieren contar: complejas, bellas, profundamente humanas, pero sin desprenderse de la fantasía y el espectáculo. En sus páginas se percibe la influencia de los relatos de Edgar Rice Burroughs, con sus saltos entre mundos y códigos de honor antiguos. También se adivina la rudeza y el salvajismo de Robert E. Howard, con esos escenarios llenos de brutalidad y fatalismo, e incluso una pizza de Tolkien a la hora de retratar a dioses y panteones que no son de este mundo. Pero a la vez, hay una ternura en el modo en que se presentan los mundos fantásticos que recuerda a El Mago de Oz o Alicia en el País de las Maravillas, con su lógica caprichosa y su corazón crítico.
La nostalgia por los relatos clásicos está ahí, pero también lo está el deseo de contar algo nuevo y necesario
Una de las mayores virtudes de este cómic es cómo consigue entrelazar el viaje emocional de su protagonista con su odisea épica. El descubrimiento de que los mundos de los libros de su padre son reales no es simplemente un giro de guion: es una metáfora poderosa sobre cómo las historias pueden salvarnos, sobre cómo nos definimos a partir de los relatos que heredamos. Nos habla también de cómo construimos nuestros propios personajes, nuestras identidades. Helen no solo se adentra en un universo paralelo: se reconcilia con su pasado y con una versión de sí misma que no conocía.
El dolor, el desarraigo, la tristeza, la embriaguez emocional (y literal) con la que arranca la historia se convierten en combustible para un viaje de autodescubrimiento que emociona y que sabe sacar partido de clichés muy gastados, pero que aquí miramos de otra manera. Hay monstruos, sí. Hay espadas, sangre y traiciones. Pero también hay tiempo para reflexionar, por ejemplo, sobre qué esperamos y qué necesitamos de los demás.
Un nuevo éxito para el cómic contemporáneo
Tras el éxito arrollador de Supergirl: Woman of Tomorrow, todas las miradas estaban puestas sobre Helen de Wyndhorn. El listón estaba alto, pero este nuevo proyecto no solo está a la altura, sino que a mí me ha gustado bastante más. Con una sensibilidad que conecta con el lector desde la primera página, un apartado visual que es una lección de estilo y una historia que se atreve a cruzar géneros para contar una historia personal, Helen de Wyndhorn es uno de los mejores cómics del año.
Y no sería extraño que, como ya ha ocurrido con Supergirl, alguien en Hollywood ya esté tomando notas para adaptar esta historia al cine o la televisión. Porque lo tiene todo: una heroína compleja, un universo visualmente arrollador y una historia que toca temas universales que también no son íntimos y privados. La nostalgia por los relatos clásicos está ahí, pero también lo está el deseo de contar algo nuevo y necesario.
HELEN DE WYNDHORN (COMIC AMERICANO)
Si llevas tiempo esperando un cómic que combine aventura, dolor, misterio y belleza en partes iguales, Helen de Wyndhorn es tu próxima parada. No importa si vienes por los dragones o por los traumas familiares: aquí encontrarás ambas cosas. Y las dos están contadas con la misma seriedad, la misma elegancia y la misma potencia emocional.
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