La peli tenía un presupuesto multimillonario, pero Batman llevaba unas zapatillas igual que las tuyas pintadas de negro

Seguro que más de un fan de Batman ha soñado alguna vez con hacerse con su propio traje. Y seguro que más de un cinéfilo sueña con añadir a su colección algún elemento importante y singular procedente de una película tan icónica como puede ser Batman Vuelve de Tim Burton. Ahora, si eres las dos cosas y dispones de un presupuesto propio de Bruce Wayne, puedes hacerlo realidad y llevarte a tu batcueva las botas del traje que usó Michael Keaton en la película. Aunque os aviso: en realidad son unas Air negras con mucho adorno.

Traje de noche

Puede que no te lo creas, pero sí: las botas del traje de Batman que lució Michael Keaton en Batman (1989) y su secuela Batman Vuelve (1992), no son el fruto de un diseño críptico y tecnológico digno de Lucius Fox, sino el resultado de una colaboración comercial entre Warner Bros. y una marca de ropa deportiva que en aquellos años estaba en plena expansión de su influencia cultural: Nike. Concretamente, los diseñadores del traje partieron de unas zapatillas deportivas Nike Air Trainer negras para confeccionar las botas del traje del Caballero Oscuro. Y aunque la apariencia final es la de un componente más del traje blindado que impone respeto desde las sombras de Gotham, en realidad lo que hay bajo todo ese cuero es una deportiva cómoda, resistente y funcional.

La historia de estas peculiares Bat-Boots, como se las conoce entre coleccionistas y fans, comienza con una pregunta bastante directa por parte del productor Jon Peters al equipo de vestuario: "¿Podemos meter algo de Nike en el traje de Batman?". Y es que Peters, que estaba decidido a colmar la película de estrellas y colaboraciones de renombre, no quería dejar pasar la oportunidad de atar a un socio comercial del calibre de Nike y sacar cierta tajada. Los blockbusters no se pagan solos. El equipo de vestuario, liderado por Bob Ringwood y con el apoyo del asistente Graham Churchyard, no tardó en encontrar una solución funcional y estética: adaptar un modelo de zapatilla Nike, concretamente unas Air Trainer, para convertirlas en unas botas que fueran fieles al estilo noir y art déco que definía el Gotham de Burton. Para ello, se recubrieron las zapatillas con cuero negro, se reforzaron con placas adicionales para simular una armadura, y se alargó su caña hasta la rodilla, integrándolas perfectamente en el diseño del traje de Batman. El resultado fue un híbrido fascinante entre moda urbana de los años 80 y tecnología superheroica.

Michael Keaton, que interpretaba por primera vez al hombre murciélago, aprobó el resultado. Las botas resultaron ser mucho más cómodas y seguras que cualquier prototipo anterior, algo especialmente importante durante las exigentes escenas de acción. Los especialistas del film también las valoraron positivamente, destacando su agarre y flexibilidad. El éxito del traje fue tal, que para la secuela Batman Vuelve, Nike repitió colaboración con Warner Bros. Pero en esta ocasión no partieron de unas Air Trainer, sino de las entonces recién lanzadas Air Jordan VI, el mismo modelo que Michael Jordan había calzado durante su primera victoria en las Finales de la NBA. Diseñadas por el legendario Tinker Hatfield, estas zapatillas eran el símbolo perfecto de versatilidad, estilo y cultura pop, justo lo que necesitaba el Batman de Keaton para renovar su imagen. Nike las recubrió por completo en negro (un auténtico "bat-murdered-out colorway") y les añadió una extensión superior de cuero y detalles de armadura que las convertían visualmente en parte del traje. A pesar de los cambios estéticos, seguían conservando su suela característica... y al icónico logotipo de jumpman todavía visible en la suela. La verdad es que Jordan era un auténtico superhéroe en la cancha.

No es casualidad que estas botas hayan acabado convertidas en una rareza de culto. Estamos hablando de uno de los elementos más reconocibles de uno de los trajes más emblemáticos del cine de superhéroes. Y como suele suceder con los objetos de utilería de culto, el paso del tiempo les ha conferido un aura de leyenda. Algunas de las botas empleadas en el rodaje siguen en manos de coleccionistas o en archivos de estudio, pero un par en concreto ha sobrevivido en un estado razonable y ha salido ahora a subasta. Específicamente, hablamos de las botas usadas por Michael Keaton en el rodaje de Batman de 1989. Aunque presentan signos evidentes de envejecimiento (el cuero está agrietado, la entresuela se desintegra), se estima que alcancen un precio de entre 20.000 y 30.000 dólares. Una suma considerable, pero razonable si tenemos en cuenta el pedazo de historia cinematográfica que suponen.

Lo más curioso de todo es que, según se ha revelado en diversas entrevistas, Michael Keaton conserva todavía un par en su poder. No se trata del típico souvenir sentimental. En alguna ocasión ha bromeado con que se las pone en casa de vez en cuando para recordar sus años como vigilante de Gotham. El actor, que ha retomado recientemente su papel como Batman en The Flash, parece tener claro que este rio es más que una pieza de atrezzo: es un símbolo. Y es que, aunque no es la primera vez que una marca de moda o rios se integra de forma sutil en el diseño de un icono del cine, en el caso de las botas de Batman, lo que sorprende es que, lejos de sentirse como una estrategia comercial descarada, se integraron de forma tan orgánica que pocos sabían que lo que había bajo la armadura del murciélago era, esencialmente, una zapatilla deportiva.

Este tipo de detalles nos recuerdan que el cine es también un cruce constante entre la creatividad artística y la ingeniería práctica. Hacer que un actor se vea imponente en pantalla es solo parte del desafío: también tiene que poder moverse, pelear, y estar horas en el set sin perder la compostura (ni lesionarse). Y si una zapatilla de baloncesto puede ayudarte con eso, ¿por qué no? La próxima vez que veas a Keaton repartir justicia en la penumbra, recuerda que lo hace con unas Jordan. No es solo un guiño al diseño, sino una lección de cómo es la cultura pop. Porque al final del día, como diría Bruce Wayne, todo es cuestión de estilo. Incluso cuando patrullas las calles de Gotham.

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