Es fácil caer en el error de pensar que los héroes los inventó Marvel. O que lo de las hazañas súper heroicas, destinadas a inspirar a los jóvenes a ser más valientes y buenas personas, es un invento moderno que Stan Lee y compañía se sacaron de la manga hace menos de 100 años. En realidad, estaríamos muy equivocados si no pensáramos que la Edad Media también tuvo a sus propios Vengadores.
Si ahora todos estamos a la espera de comprobar qué pueden llegar a ofrecer Los Cuatro Fantásticos para revitalizar el UCM y volverse a ganar la atención de niños y jóvenes, en el año 1313 los grandes protagonistas de la cultura popular de la época eran otros héroes muy distintos. Se les dio a conocer como Los Nueve de la Fama, y bajo ese nombre pasaron a la historia.
Los superhéroes de Marvel de la Edad Media 6u703u
Aunque dista mucho de ser una novela de las de ahora, ni qué decir de un cómic, la historia detrás de Los Nueve de la Fama tuvo un impacto fue tan potente que terminó inspirando a varias generaciones. Escrito por Jacques de Longuyon en sus Votos del Pavón, las hazañas de estos nueve caballeros se convirtieron de forma viral en una filosofía de vida. Los mandamientos por los que los jóvenes de la época debían regirse para intentar acercarse lo máximo posible a sus héroes.
Tras su publicación, todos aquellos que aspirasen a convertirse en caballeros estudiaban al dedillo las hazañas históricas de estos héroes, apuntando a alcanzar la gloria siguiendo sus ideales y virtudes en forma de coraje, lealtad, liderazgo, guía moral y, por descontado teniendo en cuenta la época en la que se ensalzaron, también su rectitud respecto a las figuras de la iglesia y la realeza.

Tras la viralización de los Votos del Pavón, Los Nueve de la Fama se catapultaron a casi cualquier medio artístico de la época. Sus representaciones visuales ocupaban frescos y tapices en castillos, esculturas y portones en catedrales, y entre juglares y escritores se amplificó aún más su influencia en forma de poemas y romances.
Sin embargo, a diferencia de lo que ocurre ahora con los crossovers de superhéroes, lo cierto es que Los Nueve de la Fama nunca llegaron a luchar juntos formando equipo. De hecho, ni siquiera pertenecían a una misma época y no todos tenían fundamento histórico, pero las acciones que habían realizado cada uno por separado, elevadas de forma fantástica hasta convertirlas en leyenda, cedían hueco a un constructo que daba forma al arquetipo de caballero perfecto.
Quiénes eran Los Nueve de la Fama 71575q
Longuyon separó a Los Nueve de la Fama en tres grupos para ensalzar sus ideales de caballería en base a tres religiones. Para el paganismo optó por Héctor de Troya, Alejandro Magno y Julio César. Para el judaísmo se valió del Antiguo Testamento para recoger las historias de Josué, David y Judas Macabeo. Entre los cristianos, en cambió, se decantó por el Rey Arturo, Carlomagno y el Godofredo de Bouillón que lideró la Primera Cruzada.
Los héroes paganos representaban la conquista y la patria. Héctor de Troya se mostraba así como el adalid de la defensa de a su pueblo en la Ilíada de Homero, mientras que Alejandro Magno alcanzaba la gloria conquistando medio mundo bajo un puño tan fiero como generoso, y Julio César hacía lo propio con el Imperio Romano al luchar contra los germanos y expandiendo su influencia por Europa que, aunque de forma inconsciente, también suponía hacer lo propio con la cristiandad.

Con los héroes bíblicos se seguía una estructura similar, en este caso más enfocada al fervor religioso. Así, Josué conquistó Canaán y la Tierra Santa en nombre de Dios, David hizo lo propio al convertirse en Rey de Israel y hacer que el culto cristiano hiciese de Jerusalén su capital, y Judas Macabeo era el héroe de la revuelta contra el dominio seléucida que había devuelto el Templo de Salomón a los judíos.
Por último, con los tres caballeros más propios de la Edad Media, se redondeaba la idea del caballero ideal valiéndose no sólo de sus gestas militares, sino también de la cultura que traían consigo sus reinados de paz y estabilidad. El Rey Arturo era ya entonces un símbolo de nobleza y caballería, mientras que Carlomagno se había ganado ese puesto a base de comandar el Sacro Imperio Romano expandiendo el cristianismo por Europa, y Godofredo de Bouillón había hecho lo propio en la Primera Cruzada al convertirse en el primer gobernante del nuevo Reino de Jerusalén.
Con el tiempo, y dependiendo de quién recogía el testigo de sus historias, los héroes de la lista crecían y decrecían cediendo hueco a nuevos integrantes como Juana de Arco mientras dejaban a otros atrás. La leyenda detrás de sus gestas, aderezada a través del tiempo saltando de relato en relato, terminó convirtiendo a Los Nueve de la Fama en una guía moral y filosófica que terminaría influenciando hasta la sátira del Don Quijote de Cervantes.
Imagen | Arthurparkour en Midjourney, Raimond Spekking
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