Rubén Márquez
Editor - TriviaPese a lo mucho que se ha convertido en un problema por la falta de ella, cuando llegan las PAU terminamos acordándonos también de lo que comporta el exceso de natalidad. Frente a la Selectividad más difícil de los últimos años está una generación mucho más grande de chavales que no ha visto ampliadas en consonancia las plazas de la universidad pública. Además, se suma una Prueba de a la Universidad mucho más dura, según los propios coordinadores, que busca compensar el nivel que se bajó tras la pandemia y, de regalo, quienes se presentaron a aquellas pruebas más fáciles pueden utilizar su nota también ahora simplemente presentando la solicitud.
El resultado es un caldo de cultivo perfecto en el que elegir carrera, un paso ya de por sí importante en el que vas a invertir cuatro o más años de tu vida adulta, es cada vez más abrumador. Y como en vez de empezar a trabajar, y hacer que la rueda de la vida eche a girar, debes elegir con cabeza para no tirar por la borda esa inversión de tiempo, hay quienes ven en las que eran las carreras más demandadas un problema a largo plazo. Si enfocarse a una ingeniería informática parecía la opción más lógica hasta hace no mucho, los despidos provocados por el auge de ChatGPT y la IA dejan esa elección en una situación complicada. En realidad no debería.
Entre tendencias de Grados y notas de corte g65n
Echar un vistazo a cuáles son los Grados y Másteres que más crecen es una buena forma de enfrentarse a esa misma realidad. Carreras sanitarias como medicina, veterinaria y enfermería se encuentran a la cabeza, mientras que la dupla de Formación Profesional y el posterior salto a un Grado Superior relacionado con la tecnología lleva desde 2020 haciéndose un generoso hueco entre las opciones. La búsqueda de una inmediatez de sueldo, y no tener que invertir tanto tiempo para entrar en el mercado laboral, es una alternativa que parece empujar a ingenierías tradicionales.
Que la nota de corte del Grado en informática se mueva alrededor del 13,620 en universidades como la Politécnica de Valencia no ayuda a cambiar esa perspectiva, y los 152.922 despidos que se vivieron en el sector tecnológico durante 2024, tampoco. Con voces de peso como las de Microsoft asegurando que el 30% de su código interno ya lo escribe la IA, el miedo a que ChatGPT termine quitándote el trabajo cuando salgas de la universidad a cuatro años vista es comprensible.
La realidad, en cambio, es que esa ola de despidos masivos está en desaceleración, que en 2023 la cifra ascendía a 264.220 empleados, y que a las puertas del ecuador de 2025 estamos en 62.114. Son números que abruman, desde luego, pero que también responden a un exceso de contratación motivado por la pandemia y que, pese a la caída de vacantes junior (un 35% por debajo de lo que se pedía hace cinco años), la demanda sigue alta.
La propia Unión Europea reconoce que tiene un déficit de talento, y que de los 20 millones de especialistas digitales con los que esperaba contar para 2030, sus previsiones se limitan a unos 12 millones. Además, los puestos, con mayor o menor competencia, siguen ahí, y una búsqueda rápida a las ofertas de empleo de la última semana ya arrojan cerca de 1.400 resultados en grandes capitales como Barcelona, pero también en otras como Oviedo o Málaga. Opciones hay, desde luego, pero sí se recomienda iniciar los estudios con un cambio de perspectiva.
El futuro de la IA tras una ingeniería informática 3w4s
Frente a ese miedo sobre cómo la IA acaba con los trabajos relacionados con una ingeniería informática, la realidad es que alrededor del 87% de los graduados tienen trabajo 4 años después de terminar sus estudios y que, en comparación contras carreras como la ingeniería industrial, ADE o Derecho, la base media de cotización anual para un informático en España es la más alta de todos los campos con 34.191 euros anuales. Las diferencias salariales están evidentemente ahí, pero también el ROI.
Lo que conocemos como rentabilidad económica esperada nos enfrenta a la duda de si nos compensa más empezar a trabajar cuanto antes o perder cuatro años de estudio en favor de cobrar más el día de mañana. Digamos que, frente al salario anual de un principiante no licenciado, en la comparativa quienes se pongan a estudiar una carrera estarán dejando de ganar una media de unos 60.000 euros durante sus estudios.
La realidad es que, frente a lo impresionante de la cifra, graduarse en informática supone que esa media de cotización anual que comentábamos antes nos haga compensar esa diferencia salarial en apenas 3 o 4 años trabajando, por lo que pese a los inicios son más duros y a menudo se precisa de un colchón o ayuda familiar para salir adelante, los sueldos acaban recuperando ese ritmo de ingresos perdidos.
Frente al miedo de que cuando terminen la universidad no habrá trabajo de programador que compense esa inversión, la realidad es que roles como el prompt-engineering, la ciberseguridad y todo lo relacionado con la inteligencia artificial no para de crecer y que, para 2027, los cálculos apuntan a un millón de nuevos empleos ligados a la IA.
Además, todos esos junior que las grandes tecnológicas no están contratando se reciben con los brazos abiertos en sectores menos afines como la banca o la salud que buscan quienes impulsen saltos hacia las bondades de la automatización de procesos. Y ante la duda de quedarte obsoleto o no encontrar empleo, pues la opción de FP + Grado + Máster a la que tantos años hemos estado dando la espalda se plantea en realidad como una alternativa tan sólida como recomendable.
Imagen | Pixabay
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