Las redes sociales han convertido el doom spending en una suerte de fenómeno entre los más jóvenes, y tal y como recoge Millenial. Tal y como ocurre con el pozo en el que se convierten las redes sociales con lo que se dio a conocer como doom scrolling, en el que se echa a perder gran parte del tiempo descendiendo entre las novedades de Twitter, Instagram o TikTok, en esta ocasión el principal culpable también es una relación insana con las bondades que ofrece internet.
El mundo de la psicología define el doom spending como una fiebre de consumo compulsivo a través de la red entre aquellos que, a pesar de la inflación, los problemas para acceder a la vivienda, el coste de la vida, y la inseguridad de cara al futuro en el mercado laboral, gastan por encima de sus posibilidades para intentar acallar todo lo malo que les rodea.
Qué es el doom spending y cómo frenarlo w201p
Lejos de ser grandes inversiones, aunque también se da el caso de comprar tecnología , moda exclusiva o incluso coches, el problema según los expertos está en una acumulación de compras impulsivas más pequeñas que, de la mano de plataformas como Shein, AliExpress o Amazon, se acumulan de forma incontrolada mediante compras aparentemente pequeñas que se acumulan hasta crear una bola de nieve que está minando la economía de la Generación Z y los Millenial sin que se den cuenta del problema hasta que es demasiado tarde.
Frente a una temporada navideña que apunta a alcanzar niveles récord, gran parte del problema del doom spending recae en esa inseguridad que, frente a la incertidumbre que plantea el futuro a varios niveles, empuja a la Generación Z y los Millenial a vivir el momento. Dicho de otro modo, según recoge un estudio de Intuit, el 73% de los Gen-Z acallan esas preocupaciones bajo un pensamiento que se limita a un "si no voy a poder permitirme un futuro mejor, para qué voy a guardar este dinero".
Además de ese estrés provocado por el día a día de su entorno, la suma de factores como la facilidad de pagar a golpe de clic mediante Apple Pay o Google Pay, los envíos instantáneos, y las compras de bajo coste por internet que empiezan con algo tan pequeño como barato pero se acumulan de forma alarmante, han hecho del doom spending algo más que una tendencia en redes sociales. Según expertos en psicología, es un problema que va a seguir escalando a menos que le pongamos freno.
Entre las recomendaciones para aquellos que se vean abocados al doom spending, no sólo entre los de la Generación Z y los Millenial, la clave parece estar en limitarse a las compras físicas en vez de a las virtuales para, además de prevenir compras impulsivas cuando tienes el objeto en cuestión delante, sumar todos los impedimentos que trae consigo ese cambio.
Según expertos consultados por CNBC, "los puntos de decisión adicionales, como elegir la tienda, viajar hasta allí, evaluar el artículo en persona y luego tener que hacer fila para comprarlo, te ayudarán a frenar y pensar de manera más crítica sobre tus compras". Aumentar el "daño" que te produce gastar dinero, por ejemplo activando las notificaciones del banco para ser consciente de cómo se acumulan en la pantalla de tu teléfono, parece ser, la única forma de frenar el problemático fenómeno.
Imagen | Maloriaga en Midjourney
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