Dicen que fue la mayor caída de una estrella de la música desde lo ocurrido con Michael Jackson. De la noche a la mañana Travis Scott perdió colaboraciones, se enfrentó a una oleada de críticas y, sin duda lo más importante, tuvo que lidiar con haber sido parte responsable de la pérdida de 10 de los fans que acudieron a su concierto.
Lo que se convirtió en una desafortunada tragedia que podría haberse evitado le invitó a dar un giro completo a su carrera y a plantearse qué valor aportaba su abultada cuenta corriente. Unos meses después volvía a la vida pública con un proyecto que, apoyado en la tecnología, pretende cambiar los conciertos para siempre.
El meteórico ascenso de Travis Scott 73632d
El 5 de noviembre de 2021 prometía ser un día grande para el rapero Travis Scott. La meteórica carrera le había catapultado a la fama como icono cultural de la Generación Z y, tras varios discos y nominaciones a los premios Grammy, era el artista con el que todo el mundo quería colaborar.
Desde McDonalds hasta Nike, pasando por otros músicos como Drake y Kanye West, su imagen venía de explotar a una escala aún mayor tras su colaboración con más de 12 millones de jugadores en tiempo real a su particular concierto virtual. El festival de aquél 5 de noviembre, en cambio, echaría por tierra todo lo conseguido.
Tras abrirse las puertas a más de 50.000 personas al Festival Astroworld en Houston, Texas, hacia las 2 de la tarde cientos de fans que se habían quedado sin entradas rompieron el perímetro del concierto para sumarse a la fiesta. Pasadas las 9 de la noche, ese fallido control de aforo empezó a provocar una estampida entre la gente con la intención de acercarse al frente del escenario.
Pese a los gritos de socorro y una muchedumbre reclamando detener el concierto para intentar frenar la situación, la avalancha humana se cobró la vida de 10 jóvenes de entre 9 y 27 años, además de más de 300 heridos. La catástrofe, junto a la falta de medidas de seguridad más eficientes, dinamitaron la carrera del cantante y sus multimillonarios acuerdos. Llegados a ese punto, los 1.000 millones de dólares que perdió de la noche a la mañana, en realidad eran lo de menos.
Una revolución tecnológica en la seguridad de los conciertos 3a1827
Tras varios meses de silencio, en marzo de 2022 Travis Scott volvía a la vida pública con un nuevo trabajo llamado Project HEAL. En un esfuerzo filantrópico por lavar su imagen, el cantante anunciaba la creación de una fundación con 5 millones de dólares destinados a ofrecer fondos para la escolarización de jóvenes, recursos centrados en ayudar a mejorar la salud mental y, el plan más ambicioso, una revolución tecnológica destinada a garantizar la seguridad de los conciertos a gran escala.
Con la firme intención de que una avalancha humana como la vivida no volviese a suceder, el proyecto en colaboración con otras empresas anunció un sistema que, apoyado en innovaciones como la IA, pretendía darle la vuelta a la forma de controlar la seguridad en grandes eventos.
De la mano de cámaras apoyadas en IA, capaces de analizar y predecir el comportamiento de multitudes alertando a los equipos de seguridad cuando se descontrolen, sistemas de iluminación LED inteligente que guíen a la multitud hacia zonas seguras o eviten que la gente entre en zonas calientes, y aplicaciones capaces de alertar de posibles peligros a zonas concretas del público mediante triangulación y GPS, parece de locos que en realidad no sean sistemas de seguridad ya disponibles en todos los eventos.
Junto a un entrenamiento más exhaustivo del personal de seguridad, de la mano de evoluciones de mapas de calor simulados y comportamiento de multitudes simulados con inteligencia artificial y machine learning, los conciertos de Travis Scott se han convertido en el ejemplo perfecto de cómo la tecnología puede llegar a ayudarnos más allá de lo que creemos.
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