La Xbox se han encontrado con unas cuantas papeletas y lo cierto es que en la mayoría de los casos han reaccionado de la forma correcta. Lo han hecho incluso en un campo en el que lo tentador era equivocarse. Para asegurar el futuro de Call of Duty han dicho que no a unos 300 millones de euros.
Microsoft elige el futuro de Call of Duty
Activision, ya bajo la gestión de esports operaba en forma de franquicia desde 2019. Los equipos pagaban una cantidad (inicialmente se exigían más de 25 millones de dólares y actualmente hay 12) a cambio de convertirse en dueños de una plaza de la liga. Esto se hacía con la idea de que sería una gran inversión que se iría rentabilizando con los años debido a la popularidad del videojuego y el interés cada vez mayor en su escena competitiva.
El problema de todo esto es que, si bien ha afectado de forma generalizada a los esports en Estados Unidos. La situación era tan exagerada que, ya antes de la compra de Microsoft, los mandatarios de Activision decidieron congelar los cobros. "Aunque hace años interrumpimos el cobro de estos pagos, eliminaremos definitivamente esta obligación", explicaban ahora.

Además de estas medidas, Activision ha anunciado otros cambios muy interesantes. La empresa ha decidido devolver todo el dinero que había recaudado a través de los pagos de entrada antes de congelarlos e incrementarán el porcentaje que ganan los equipos de esports por las ventas de Call of Duty. Esto quiere decir que los clubs se llevarán un porcentaje más grande de lo generado a través de las microtransacciones vinculadas al competitivo. Por ejemplo, los trajes de la CoD League o el paquete de CoD Champs que se vende en la tienda. Los ingresos a los que renuncia la empresa tanto por el reembolso de los pagos como con este mejor reparto de ingresos son muy difícil de calcular, pero también cuantiosos.
¿Por qué hace esto Activision? Los esports se han demostrado como una forma bastante efectiva de apoyar un videojuego como servicio y las empresas todavía tienen esperanzas de que se conviertan en un producto rentable en el futuro. En este sentido, ahogar a los equipos sería contraproducente. Además, la compañía ha sufrido un duro fracaso en el pasado por culpa de la Overwatch League. Después de varios años de crisis ante la que no supieron reaccionar, los clubs votaron cerrar la competición y dejaron al 'hero shooter' casi huérfano de torneos.

En comparación con el coste total de la compra (unos 70.000 millones de dólares) no parece una suma tan grande. Sin embargo, hay que vender muchos meses de Game para recaudar tanto dinero y seguro que no ha sido tan fácil tomar la decisión de renunciar a los ingresos. Pese a todo, lo mejor para Call of Duty es mantener un circuito competitivo saludable que acompañe a la saga por muchos años.
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