Mason se marcha y deja su lugar a Samanya. Red Faction: Guerrilla recibe su primera expansión con Demonios de las Badlands. Una nueva inyección de adrenalina, explosivos y acción que resultará especialmente recomendable para quienes, con el original, se quedaron con ganas de más.
En THQ gustan de prolongar sus grandes sagas con innumerables entregas, y también con abundantes expansiones. Warhammer 40.000, Company of Heroes o Saint’s Row son brillantes ejemplos de sagas en las que la compañía norteamericana ha conseguido alargar su vida útil con interesantes añadidos en forma de contenidos descargables o juegos extra.
El memorable Red Faction: Guerrilla no podía ser una excepción, y sólo unos meses después de su lanzamiento ya tenemos entre nosotros Demonios de las Badlands, su primer pack de contenidos. Volition, lejos de acomodarse optando por lo fácil, aporta en este primer add-on una interesante política de cambio de personaje protagonista, nuevo escenario e inéditas misiones. Se echa en falta algo más de duración y de variedad en la propuesta, pero es una adición bienvenida para los amantes de la destrucción.
Malas Tierras
La guerra contra la Earth Defense Force sigue siendo la principal protagonista de Red Faction en Demonios de las Badlands, sin embargo en esta ocasión vamos atrás en el tiempo para vivir la vida en las afueras de Tharsis años antes de la llegada de Alec Mason, protagonista de Guerrilla.
Seremos Samanya, una joven que luchará en Mariner Valley junto a los Marauders, el grupo de la resistencia. Su hogar ha sido quemado y profanado, y éstos se erigen en rebeldía contra la Earth Defence Force, con nuestra heroína como principal cabecilla. Así pues llevaremos a cabo encargos bajo su cobijo, estando el primero de ellos relacionado con Vasha, su hermana, condenada a ser ejecutada por el EDF.
Ya con esta misión inicial, que podemos superar con tranquilidad en menos de 20 minutos, nos daremos cuenta de que la principal virtud de Demonios de las Badlands no es precisamente la duración. Sin embargo la última de ellas, se desbloquea al finalizar todas las actividades extra, es la más larga y completa de todas con un cierre para la expansión francamente potente. Así pues las tres misiones que ofrece esta minicampaña no tendrán problemas en ser superadas, junto a los habituales encargos secundarios y entretenimientos varios, en un par de horas.
Esto se traduce en que por amantes que seamos de las misiones con historia, deberemos prestar más atención a las actividades de tipo secundario si queremos sacar partido al juego. Contaremos en Demonios de las Badlands con 11 acciones nuevas, incluyendo asaltos y demoliciones. Veremos de nuevo actividades como las de defender fortalezas de ataques del EDF, y también otras como las de ejercer de transportista contrareloj y cinco encargos de destrucción en los que también deberemos luchar contra el crono.
Apetito de Destrucción
Demonios de las Badlands se inclina claramente hacia lo divertido optando por aligerar la complejidad de Red Faction, y para ello cuenta con algunas decisiones para hacerlo más accesible. En primer lugar el número de cargas explosivas con las que podemos cargar aumenta de forma drástica, lo que dispara enormemente las posibilidades de destrucción del videojuego, y resta de alguna forma algo de dificultad.
Se nota también la intención de Volition de premiar al que se hace con la expansión con suculentos extras desde el primer instante. Prácticamente todas y cada una de las acciones que llevemos a cabo con éxito en Demonios de las Badlands tendrán su recompensa en forma de armas o mejoras para el personaje, de modo que prácticamente desde el primer momento tendremos un arsenal verdaderamente fiero sin necesidad de acceder al complejo sistema de comercio del original. Esto encaja con la idiosincrasia más ligera de la expansión, aunque le resta mucha profundidad y, sobre todo, dificultad.
El escenario también ha cambiado bastante para ofrecer una jugabilidad que dote de nuevos matices y texturas a la acción. La verticalidad es un factor a tener en cuenta en mucha mayor medida que en el Red Faction original, y es que muchas de las bases y construcciones de la expansión escalan a través de escarpados parajes, no sólo aportando un estilo al combate mucho más variado, sino también facilitando a la dirección artística nuevas maneras de expresarse en lo referente a su arquitectura. En este sentido sí hay un aumento de las posibilidades estratégicas del título, que choca directamente con el recorte de la vertiente táctica que supone la potencia desmedida del nuevo arsenal.
En la faceta técnica poco que destacar puesto que el videojuego mantiene el robusto nivel que ya nos proporcionó el primer título hace ya unos meses. La descarga del paquete supone poco más de 800 megas, y llega acompañado de 10 logros para la versión Xbox 360, y de 10 trofeos para la de PlayStation 3.
Demonios de las Badlands es un entretenido añadido únicamente recomendable para los que ansiaron más misiones y duración para Red Faction: Guerrilla. El add-on no ofrece nada esencialmente nuevo, y sí un interesante puñado de misiones, armas y vehículos de los que habremos dado cuenta en un par de horas.