El 5 de junio sale Nintendo Switch 2 y, evidentemente, monopolizará la conversación durante unos días. Además, es probable que Internet se llene de debates sobre si Mario Kart World es bueno o no, cómo se ve Cyberpunk 2077 en NS2, si los juegos físicos se venden completos o van en key cards y otros temas. Todos esos comentarios pueden privarte de descubrir el que puede ser el sleeper en su lanzamiento. Hay un videojuego que también sale ese día para la familia de Switch (1 y 2) y PC que me tiene completamente enganchado: Rune Factory: Guardians of Azuma. Durante las dos últimas semanas he jugado a la versión de la Nintendo Switch original de este ARPG y juego de granjas, y te aseguro que deberías tenerlo en tu radar, especialmente si vas a comprar NS2 de salida, porque puede ser un buen título para estrenar la consola.
Si no estás familiarizado con la saga Rune Factory, su creador definió al juego como un "Harvest Moon con espadas". Y nadie mejor que él para decir algo así, porque Yoshifumi Hashimoto ha trabajado en ambas franquicias. Este Rune Factory: Guardians of Azuma es un spin-off de la saga principal y es genial para esperar a la sexta entrega, de la que no sabemos mucho. Me ha parecido realmente entretenido. No sé si te pasa, pero hay videojuegos que son perfectos para echar una partida antes de dormir, para relajarte o mientras ves algo en la televisión. Este Guardians of Azuma me ha parecido perfecto para ello. Ha sido mi salvavidas en días de puro cansancio y jugarlo en Switch tirado en la cama antes de dormir ha sido perfecto. Pero no es sólo un juego refugio: es uno que me ha hecho echarle cinco horas seguidas un sábado porque no podía soltarlo.

Ni ARPG ni granja: lo principal es reconstruir aldeas
Esta obra no revoluciona la franquicia, pero sí aporta algunos elementos nuevos que, personalmente, me han encantado. En Rune Factory: Guardians of Azuma eres un danzaterra, un tipo de guerrero capaz de controlar el combate, la danza y la magia sagrada para purificar el mundo que le rodea. Tu llegada es un rayo de esperanza para los habitantes de Azuma, un nuevo país sumido en la decadencia.
Tienes tantas cosas que hacer a tu disposición que, a veces, puede parecer abrumador
El conocido como Colapso Celestial destruyó gran parte de este país e hizo que las aldeas que lo conforman cayeran en depresión, con tierras que no son aptas para el cultivo, pérdida de habitantes y la aparición de una plaga que arruina muchas zonas y las hace inaccesibles. Además, desde ese instante, los dioses de la naturaleza desaparecieron y sumieron a este mundo en un gran declive.
Pero ahí entras tú: debes recuperar el brillo de Azuma reconstruyendo las aldeas, no sólo estableciendo campos de cultivo y cuidando la granja, sino levantando edificios y estructuras para dar trabajo a los aldeanos que llegan al pueblo y para recuperar el esplendor de cada asentamiento. Tienes tantas cosas que hacer a tu disposición que, a veces, puede parecer abrumador, pero el juego logra que no lo sea.

Desde cultivar campos hasta construir herrerías, pasando por la revitalización de la naturaleza, la recolección de materiales, la gestión de los ingresos y los gastos de las aldeas, la lucha contra monstruos y un sinfín de actividades, tu labor es transversal. Mientras recuperas el fervor de las aldeas, tu objetivo principal es encontrar a los dioses de la naturaleza para que cuiden del país.
Es muy japonés en el sentido de que te pasas muchas horas descubriendo nuevas mecánicas y objetos importantes, y todo el rato tienes algo que hacer. Es imposible aburrirse con el juego si la propuesta te engancha, y es un comehoras de manual. Personalmente, he disfrutado muchísimo la parte de construcción, porque creo que está muy bien equilibrada y es accesible.
Con ayuda de un personaje de la aldea, puedes craftear edificios o decoraciones para ponerlas, como tú quieras, en unas zonas habilitadas para ello. Casas, teterías, herrerías, carros comerciales, bancos, campos, arrozales… Casi cualquier cosa que se te ocurra podrás crearla, aunque el juego va dándote opciones poco a poco conforme avanzas en la historia principal, como es lógico.

Puedes crear espacios chulísimos si tienes un poco de imaginación y es realmente guay ver cómo das vida a un lugar en el que no había nada, sobre todo porque puedes asignar aldeanos a los diferentes oficios: la herrería tendrá a su herrero, la tetería a su camarera, los árboles tendrán a personas que los talan… Y lo mejor es que hay un montón de estructuras diferentes, lo que da pie a que eches horas y horas planificando cada lugar.
Me parece curioso que Rune Factory: Guardians of Azuma consigue ser muy bueno porque aúna un montón de mecánicas
Además, aunque puedes construir en tercera persona, moviendo a tu personaje como si hicieras otras actividades, hay un modo construcción, que eleva la vista y divide el espacio en una cuadrícula, lo que te permite colocarlo todo de forma más sencilla y directa. Es genial que lo tenga. Como pero, he de decir que las zonas en las que puedes construir se suelen quedar pequeñas y me hubiera gustado que la extensión fuera mayor.
En Azuma hay varias aldeas y en cada una de ellas tendrás diferentes zonas en las que tú puedes construir. Son pequeños trozos de tierra que puedes modificar como quieras (es posible hasta poner diferentes alturas, como si terraformaras en Animal Crossing). Pero el problema es el que he señalado: son realmente escasos en muchas ocasiones y los edificios ocupan un montón. Quitando esto, me ha parecido muy divertido.

La fuerza del conjunto
Es cierto que es la parte de la reconstrucción y la gestión la que más me ha atrapado, porque como amante de este tipo de jugabilidad, he tenido una gran motivación en seguir jugando para ver qué estructuras o decoraciones podía desbloquear después. Pero lo cierto y verdad es que todo lo demás también engancha: el farmeo, el combate, la exploración, las mazmorras, la relación con los personajes principales, el crafteo y la cocina…
Me parece curioso que Rune Factory: Guardians of Azuma consigue ser muy bueno porque aúna un montón de mecánicas y apartados que, por sí solos, son normales y no tienen una profundidad excesiva. Por separado, cada elemento está bien, pero ya; unidos, elevan la experiencia. Las carencias que tiene cada sistema se emborronan porque todo en conjunto funciona realmente bien y los apartados están interconectados.

Y es ahí donde está el gran valor del videojuego. De hecho, si te interesa sólo por la parte de "juego de granja" te diría que pases de él, curiosamente. Y la razón es sencilla: tu intervención en los cultivos, por ejemplo, es muy ligera y rápida, por no hablar de que acabarás asignando aldeanos a la tarea y te olvidarás de atenderla en muchos días de juego. Tienes que abrazar el todo o, si no, no te entusiasmará como a mí.
Aunque lo he disfrutado mucho en Switch, los problemas de rendimiento son visibles y gráficamente es bastante pobre, así que estoy deseando poder catar esa versión de NS2 (espero que sea mucho mejor). Creo que los jugadores que se animen a estrenar la consola con el título de Marvelous acertarán, pero si aún tienes la original o juegas en PC, tienes juego para decenas horas. Cancela tus planes, porque te absorberá.
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