El debate del remaster de The Last of Us 2 ha estado en los gráficos y no donde creo que debería, ¿estamos preparados para sufrir otra vez tanta exigencia emocional?

El debate del remaster de The Last of Us 2 ha estado en los gráficos y no donde creo que debería, ¿estamos preparados para sufrir otra vez tanta exigencia emocional?

The Last of Us Parte 2 es, sin duda, uno de los videojuegos más exigentes en lo emocional de los últimos años

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The Last Of Us Parte 2 Remastered
alvaro-castellano

Álvaro Castellano

Director - Head of Gaming

El debate sobre las Sierra Online tenía costumbre de rehacer... en ocasiones con muy pocos años de diferencia como, por poner otro caso, el hecho de que el original y el remake de Quest for Glory apenas están separados por dos años y medio de tiempo

Es por ello que remasterizaciones como la deDeath Stranding en su momento. Lo que sí me llama la atención es que no se haya hablado tanto de lo exigente que es este videojuego en otros aspectos que van más allá de lo tecnológico.

The Last of Us, un videojuego realmente duro

El primer The Last of Us ya era un título inusualmente maduro en muchos aspectos, y uno de esos juegos que se referencian una y otra vez cuando se quiere hablar de títulos con una narrativa cuidada y una historia apasionante. El desarrollo de los personajes, sus motivaciones y todo lo que tiene que ver con su trágico viaje dejaron huella en millones de personas que, además, guardan su final como uno de los momentos álgidos de la generación de PlayStation 3.

Había protagonizado momentos tan intensos que necesitaba un tiempo

Debo decir que cuando terminé la primera parte pensaba que el final era perfecto y que era un broche extraordinario para los arcos de personaje de sus protagonistas que no requería de ningún videojuego. En 2020 la segunda parte me hizo cambiar de idea de manera radical, en videojuego que probé analizándolo, por cierto) fue la sensación de que había sido una de las experiencias más memorables que había vivido como jugador... pero también que había protagonizado momentos tan intensos con personajes que había aprendido a querer, que necesitaba un tiempo antes de pensar siquiera en la mera idea de revisitarlo.

The Last of Us Parte 2 - Ellie Llorando

Toda la conversación que he leído en redes sociales en cuanto a la continuación ha girado más bien hacia la parte tecnológica, en esa siempre agotadora discusión sobre cuánto tiempo es necesario que pase entre un videojuego y su remasterización para considerarlo adecuado o, y esta parte sí me interesa, cuánto trabajo de mejora debe tener tras de sí ese remaster para ser una compra interesante para el consumidor. Sobre esta última cuestión podéis informaros a través de nuestro compañero Álex Pascual en su análisis de The Last of Us Parte 2 Remastered.

De lo que no he visto a nadie hablar es de lo tocados que salimos la mayoría al terminar la campaña de The Last of Us Parte 2, y de cómo ese viaje de venganza y esa evolución de los personajes tan inesperada pero al mismo tiempo lógica dejó una huella de pesar y desesperanza en todos los que nos acercamos a su propuesta. Algo que sí se comentó mucho cuando se lanzó originalmente la secuela en 2020, y que fue devastador para mucha gente, pero de lo que ahora no se ha hablado tanto. El título es una montaña rusa de más de 20 horas de emociones fuertes donde el mensaje de que la violencia y la venganza no llevan a ninguna parte se transmite de la forma más cruda posible y que tiene algunos momentos que son difíciles de digerir. Más que formularnos la pregunta de si "¿ha pasado suficiente tiempo como para que el remaster tenga sentido?" en el caso de The Last of Us Part 2 me interesa más la de si "¿ha pasado suficiente tiempo para recomponernos moralmente de todo lo que vivimos en 2020?" 

Volver a él va a ser duro y exigente desde el punto de vista emocional pero yo, por mi parte, ya lo tengo instalado y preparado para empezarlo de nuevo esta misma noche.



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