Lilo y Stitch ha sido la panacea para Disney; la película que ha hecho que el público vuelva a tener esperanza en los live-action de la compañía y así lo demuestra tal y como hizo la cinta original, pero ¿y ahora qué?
No hace falta un live-action de todas las películas de Disney
No es la primera vez que me permito expresar la opinión de que no hace falta un live-action de cada película animada de Disney. Lo que comenzó como una gran idea con la adaptación de Alicia en el País de las Maravillas de Tim Burton (no se sacaba un live-action desde el 2000) se convirtió en un aluvión de títulos que, sometidos a críticas constantes, poco a poco perdían identidad propia o, al revés, se pasaban con los cambios.
Ahora Disney parece haber encontrado el equilibro con la nueva versión de Lilo y Stitch, aunque, seamos sinceros, la presencia del propio extraterrestre ya pone en marcha la fábrica de vender peluches. No es algo negativo, por supuesto, pero ¿habrá aprendido algo Disney al respecto?
Los próximos live-action se presentan como un auténtico desafío para la compañía y la primera parada no es otra que Vaiana. ¿Era necesario una nueva adaptación de una película de 2016? Eso lo dejo a vuestra discreción. Lo preocupante, a nivel puramente fanático, es cómo va a ser esa adaptación; más si tenemos en cuenta que es una cinta que transcurre en gran medida en el agua y que, por su propia estructura, implica un uso del CGI bastante considerable. Ya sabemos, gracias a Blancanieves, que al público no le suele entusiasmar un live-action que tiene más de digital que de "live".

Pero esto no es todo. "Puerta grande o enfermería", se suele decir ahora y con ello me refiero a que Disney parece dispuesta a todo o nada. Por delante quedan otros títulos, de los que todavía no sabemos más que su existencia, como Aristogatos o Hércules. ¿La primera será un buen documental de animales como El Rey León o mantendrá la gracia gatuna al ritmo de "Todos quieren ser gatos jazz"? Por el contrario, la segunda tiene un reto aún más grande: encontrar a un actor que esté a la altura del Hades original. No en vano es uno de los villanos más icónicos, si no el que más, de la compañía.
Bambi, Campanilla, Robin Hood...Un pequeño atisbo de luz se puede ver en El Jorobado de Notre Dame o Cruella 2; películas que sí merecen tener una versión realista (aunque temo una rebaja de tono considerable en la primera). De la rumoreada Atlantis, otra cinta que luciría realmente bien, ni hablemos.

Y sí, soy consciente de que parece que tenga algún tipo de resquemor personal. No es así. Tan solo habla el espíritu de mi niña interior que creció con todas estas películas. Al final, la reflexión que he sacado es que ese tiempo pasó y que este aluvión de cintas no es para los nostálgicos como yo, sino más bien para las nuevas generaciones que han crecido sin saber lo que es "estar rodeados de idiotas".
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