Cuando pensamos en su sombrero fedora y su látigo, listo para enfrentarse a peligros inimaginables en busca de reliquias perdidas. La creación de Indy supuso una ensalada de todas las filias culturales de George Lucas y Steven Spielber. Lucas, como ya hizo con Star Wars, tomó de aquí y de allí todas las ideas que le gustaban para dar vida a un personaje que es ya un icono de la historia del cine. Y a estar alturas ya nadie puede negar los antecedentes cinematográficos de Indy en el cine clásico de aventuras, como la adaptación de El Hombre que pudo Reinar o El Secreto de los Incas. Pero hay una influencia mucho más desconocida, la de un pato escocés creado en 1947: ¡el Tío Gilito!
Tío Gilito: el pato aventurero
Creado en 1947, el Tío Gilito (Scrooge McDuck en inglés) es una de los personajes más singulares de Disney. Si bien para el gran público parece estar siempre a la sombra de su sobrino, el Pato Donald, Gilito ha tenido sus propias historias, de las que las legendarias "Patoaventuras". Este pato escocés, con su inconfundible chistera y su amor por el oro, fue concebido por el maestro Carl Barks, un artista y guionista que redefinió el universo de Disney a través de sus historias y personajes en el mundo del cómic. Barks no solo dio vida a Tío Gilito, sino que también creó un vasto mundo de aventuras en el que este personaje podía explorar, competir en la búsqueda de tesoros y vivir todo tipo de emocionantes historias arqueológicas, algo que lo colocó como un pionero en el género de la aventura.
A lo largo de sus historias, Tío Gilito no solo se dedicó a acumular riquezas; también emprendió viajes épicos a lugares exóticos, enfrentándose a villanos y resolviendo enigmas que lo llevaron a descubrir tesoros escondidos. Su personalidad, marcada por la codicia y el ingenio, se asemeja a la de Indiana Jones en varios aspectos. Ambos personajes comparten un espíritu aventurero y una disposición a enfrentar peligros de manera temeraria, aunque sus motivaciones pueden variar. Mientras que Indy busca preservar la historia y proteger artefactos culturales, Tío Gilito se centra más en la riqueza y la fortuna, lo que añade una capa de humor a sus aventuras.

Carl Barks: el genio olvidado
Carl Barks es un nombre que debería ser más conocido fuera de los círculos de los amantes del cómic. Aunque su trabajo ha influido en generaciones de creadores y artistas, su reconocimiento ha sido, en gran parte, insuficiente. Barks fue un verdadero innovador que comprendió cómo contar historias a través de la narrativa gráfica, y su estilo único ha inspirado a muchos, incluido el propio George Lucas. Las aventuras del Tío Gilito no solo entretuvieron a los lectores durante décadas, sino que también establecieron un modelo para el género de la aventura que luego sería adoptado y adaptado por el cine y la televisión.
Una curiosidad de su influencia: la primera imagen mostrada en un Macintosh de Apple fue una ilustración de Gilito de Barks
Y es que no podemos olvidarnos de mencionar que Walt Disney, en todo su genio, no fue el creador de todos los personajes que ahora llevan su copyright. Barks trabajó en los cómics de Disney, donde escribió e ilustró las primeras historias del Pato Donald y creó a personajes icónicos como el Tío Gilito. Barks produjo alrededor de 500 historias relacionadas con Donals y los habitantes de Patoburgo, que se caracterizan por su humor y complejidad narrativa. Un dato curioso que es testigo de su influencia: la primera imagen mostrada en un Apple Macintosh fue una ilustración de Gilito de Barks.
Las historias de Barks a menudo incluían intrigas, exploraciones y un sentido del humor que se puede ver reflejado en la película En Busca del Arca Perdida. Aunque Indy y Tío Gilito operan en mundos diferentes, las similitudes en sus narrativas son innegables. La forma en que ambos personajes enfrentan adversidades y resuelven problemas es una reminiscencia de los elementos narrativos que Barks perfeccionó.

La búsqueda de tesoros y la cultura popular
En el momento en el que Indina Jones se estableció como un icono cultural a principio de los años 80, las aventuras del Tío Gilito habían caído ya casi en el olvido, a pesar de haber pavimentado el camino para el arqueólogo de Lucas. El humor, la acción y el ingenio fueron elementos que Barks incorporó en sus historias, y que luego fueron aprovechados por Lucas y Spielberg en su búsqueda de crear un héroe de acción. El Tío Gilito no solo es un antecedente directo de Indy, sino que representa una rica tradición de personajes que buscan aventuras más allá de los límites de la realidad. De ahí que resulte especialmente interesante que la popularidad de Indy fuera la que facilitara la creación de la serie de animación Patoaventuras, que en los años 90 alcanzó una tremenda popularidad entre los fans más jóvenes de los dibujos animados de Disney.
En esta conexión entre Indiana Jones y el Tío Gilito, ídolo perdido con trampa de enorme bola de roca incluído, podemos ver cómo las ideas evolucionan y se transforman a lo largo del tiempo, creando nuevas narrativas que capturan la imaginación del público. Mientras que Indiana Jones se ha convertido en un icono de la cultura moderna, el legado de los cómics clásicos del Tío Gilito y su creador, Carl Barks, merecen algo más de atención. Así que, la próxima vez que veas a Indy en acción, acuérdate de Gilito y Barks.
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