Hace 25 años un survival de Game Boy nos lo puso tan difícil que hasta nos mataba de hambre. Ahora ha vuelto a Nintendo Switch 2, pero por el camino ha perdido su malicia

El regreso de Survival Kids a la actualidad no podía ser más extraño. El original es un juego de supervivencia de Game Boy Color con muchísima personalidad en el que te podías hasta morir de hambre. No tenía clemencia e incluso era un pelín oscuro, tal y como lo eran sin querer los juegos de 1999. Sin embargo, este Survival Kids no posee nada de eso. Seguimos teniendo que sobrevivir en una isla, construir, talar y apañárnoslas como podamos, pero a contrarreloj, sumando puntos como locos y sincronizándonos como podamos. Así que la primera tarea que hemos de hacer para seguir adelante con este análisis es olvidarnos del juego de 1999. Esto es otra cosa.

El regreso de Survival Kids tiene una estructura de fases en forma de islas. Tú y hasta otros tres amigos empezáis en un punto de la primera isla y tenéis que fabricar, recolectar, talar, encontrar y usar varias herramientas para arrastrar vuestro campamento de una punta a otra. Imagina una isla con cuatro alturas. Empiezas abajo de todo y luego has de talar árboles para tener madera, otros para conseguir enredaderas y un último para un tronco. Con eso haces un puente y luego consigues una caña de pescar. Usas esta para conseguir peces para comer y su sedal para enganchar un objeto oculto más allá. Desbloqueas un nuevo paso, vas a por tu campamento, lo arrastras y vuelta a empezar con varios retos.

No hay rutinas asociadas a la construcción, esta se resuelve automáticamente al llevar todo lo que necesitas al contenedor que te las pide. Sí que hay mecánicas de recolección, de carrera, de comer, de buscar y de encontrar, porque de eso va este juego. Puedes jugar tú solo pero, honestamente, no te lo recomiendo. Survival Kids empieza a ser divertido cuando sois dos o más. Yo empecé jugándolo a mi bola hasta que me di cuenta de que el título te permite compartirlo gratis con otro colega, como Split Fiction, y ahí la cosa mejoró. Porque descubres que la gracia no es cumplir con las simples tareas que el juego te propone, sino sincronizarte bien con tu amigo para hacerlo a toda velocidad y encontrando todos los secretos de cada isla. Ahí está la gracia del juego. Uno corre a buscar leña y lianas, él otro se preocupa de localizar tesoros mientras un cuarto prepara comida en el campamento para potenciar la resistencia de todos. Es ahí cuando Survival Kids mola mucho.

Esto va de correr con amigos, recolectar, crear atajos y llegar a donde toca rápido

La aventura no se desarrolla en una isla gigante, sino en un conjunto de islas separadas que vamos superando una a una. Survival Kids tiene mucho espíritu de gymkana, de carrera loca más que de sobrevivir. Sus vibras son más de escape room que de Perdidos, para que me entendáis. Por eso, más que un juego de supervivencia es un party game que se aprovecha de mecánicas de crafteo, plataformas y gestión para lograr que te lo pases bien. Dicho así, puede parecer que el juego no tiene ni la más mínima profundidad, pero esto no es así. Survival Kids sorprende a veces fijándose en The Legend of Zelda: Breath of the Wild a la hora de desarrollar sus físicas o sus instrumentos, porque un mismo útil sirve para varias cosas y a veces hay distintas formas de solucionar un mismo problema. De esto sí tenía algo el Survival Kids de 1999.

Esto es lo mejor de Survival Kids, que aunque parezca un videojuego muy rígido y guiado, en realidad ofrece la suficiente flexibilidad para sentirse inteligente jugando con tus amigos. Parece que la única opción de llevar un elemento hasta tu campamento es un camino, pero luego descubres que lo puedes tirar por ahí encontrando un atajo, tiene muchas de esas cosas. Se siente en todo momento como un juego equilibrado que quiere que jueges rápido, sin atascarse pero sin tomarte por tonto. Por ejemplo, el juego tiene un narrador como lo tenemos también en The Stanley Parable… De hecho, los dos tienen una voz muy parecida, quizás hasta sea el mismo actor. El caso es que te va diciendo lo que tienes que hacer mientras hace bromas muy inglesas.

Con su buen ritmo, una buena jugabilidad y cierta flexibilidad para cumplir sus tareas, Survival Kids se convierte en una pequeña sorpresa para el catálogo de arranque de Nintendo Switch 2; eso sí, solo si lo juegas acompañado. Si no lo haces, el título no es tan divertido, y no te parecerá nada gracioso que el juego te pida tres objetos a la vez que están en puntos muy separados de la isla. Además de las islas que tienes para explorar, te gustará regresar a ellas una y otra vez para mejorar tus marcas, y hasta te verás a ti mismo con tus colegas ideando la forma de hacerlo todo de la manera más eficiente. Es cierto que el juego puede llegar a hacerse repetitivo, pero por eso es un título cortito. Se acaba cuando no tiene más que ofrecer.

Survival Kids no te cambiará la vida, pero sabe cómo engancharte en cooperativo

Lo que me ha gustado menos del juego son sus gráficos. La dirección artística es muy aniñada y fofa, como también lo es su diseño de interfaz. Eso le da un aspecto de juego malo, manso y del montón. Tiene el típico aspecto de videojuego malillo que ni sabes quién lo ha desarrollado, pero luego empiezas a jugarlo y te das cuenta de que sí tiene ideas buenas y es muy simpático. También es verdad que no me gusta nada esta dirección artística a título personal. También, aunque diga que su ritmo está bien medido, sí que es verdad que a veces le pediría algo más de garra o de maldad. Es un buen pasatiempo, pero no tiene el más mínimo interés de ser algo más.

Puedes jugar en cooperativo online o local, y ya te digo que aunque no sea un juego que te vaya a cambiar la vida, sí que es de los que más me han viciado con el lanzamiento de Nintendo Switch 2. Cierto es que han empezado a salir ya los vídeos de los pros en Mario Kart World y eso me ha desanimado. No llego a ese nivel para competir en su online ni de broma, y eso me ha llevado a Survival Kids. Pero este es el típico que si cae en tus manos y tienes colegas, te lo terminas entre unas ocho y diez horitas, y que luego seguro que recomiendas.

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