Las trampas existen desde los inicios mismos de nuestro medio. Cualquier herramienta que pueda otorgar una ventaja injusta contra la IA o contra otros jugadores ha sido utilizada en beneficio de los llamados "malos jugadores". Pero, ¿y si os dijera que hay un juego que nos anima a ser malos jugadores, fomentando el uso de trampas como aimbot o wallhack? Así es Cheaters Cheetah, un shooter alocado diseñado en torno al uso de hacks como mecánicas centrales.
Un juego que te pide ser muy inteligente, porque el combate es mental
El concepto del juego, nacido dentro del estudio Acmore Games y con la dirección de un hacker real, parte de una premisa absurda pero intrigante. Ambientado en una prisión para tramposos reincidentes, Cheaters Cheetah transforma a los jugadores en guepardos y los obliga a competir en un evento como castigo. Y aquí viene el giro: todos los participantes tienen a trampas como aimbots y wallhacks, lo que genera un tipo de combate en el que todos conocen la ubicación del enemigo y deben depender de la estrategia mental para ganar.
El título ofrecerá varios modos de juego, incluyendo "Legit Cheat", donde todos los jugadores pueden ver a través de las paredes, y "Rage Cheat", que desbloquea un repertorio completo de trampas. También se incluirá un modo especial llamado "Raid Boss", en el que múltiples jugadores con trampas básicas se enfrentarán a un solo jugador con a todas las trampas avanzadas.

Uno de los aspectos más extraños del juego es la existencia del "BAN Hammer", un objeto otorgado a los ganadores que, según la descripción oficial, les permitirá expulsar a otros del juego. Aunque aún no está claro si esta mecánica implica una prohibición permanente o solo una penalización temporal, la idea de que un jugador pueda eliminar a otro de manera definitiva añade un toque de humor negro y una capa extra de tensión a cada partida.
Aún sin fecha de lanzamiento confirmada, Cheaters Cheetah se perfila como un experimento curioso dentro del género FPS. Su enfoque satírico y su mecánica de juego poco convencional podrían convertirlo en un título de culto o en un completo desastre. Sea como sea, su propuesta desafía las normas del juego limpio y promete generar, como mínimo, algún que otro clip curioso.
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