Tus consolas pueden convertirse en un ladrillo inservible si te saltas la única norma que tienen Sony, Nintendo y Microsoft

Quedan menos de dos semanas para el estreno de Nintendo Switch 2, la sucesora del sistema híbrido de la gran N. Después de semanas de información y de Mario Kart World como de otros títulos de lanzamiento. Sin embargo, Nintendo ha vuelto a ser protagonista por una opción que asusta a los s: la posibilidad de bloquear de forma legal tu consola.

Como señala el hackeo o la piratería. Esta situación no es exclusiva de la compañía, ya que Sony y Microsoft también incluyen cláusulas similares en sus contratos y, por ende, tienen la capacidad de deshabilitar de forma parcial o total sus consolas por usos no autorizados. Sin embargo, esta situación ha llevado a varias organizaciones de derechos del consumidor a señalar por qué es una práctica abusiva.

Las consolas robadas representan una excepción

Como indica la publicación original, no es muy común que las compañías ejerzan este derecho legal. A pesar de poder hacerlo, suelen limitar esta restricción al uso en línea, razón por la que los s siguen utilizando sus sistemas sin conectarlos a la red. De hecho, la propia Microsoft afirmó en el pasado que sus consolas suspendidas de Xbox Live siguen funcionando offline. No obstante, como también sucede en el caso de los móviles, la situación cambia con las consolas robadas, ya que sí existen ejemplos documentados de una desactivación remota que deja a los ladrones o compradores de segunda mano con dispositivos inutilizables.

De esta forma, los s poseen el hardware, pero no tienen la posesión del software, ya que este está sujeto a una licencia. Por ello, violar dicha legislación permite a la empresa revocar su uso y, por ende, convertir cualquier consola en un bloque inservible. A pesar de ser una medida muy popular, estas cláusulas legales no han sido ampliamente aprobadas en los tribunales. De hecho, los expertos creen que lo más probable es que resistirían una revisión judicial, ya que algunas organizaciones de derechos al consumidor han alzado la voz en numerosas ocasiones.

La EFF, por ejemplo, no solo criticó esta práctica, sino que argumentó que la misma limita los derechos básicos de propiedad. Así, hizo alusión a aspectos como un pisapapeles muy caro.

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