Hemos hablado mucho este año de cómo Cadáveres, un fascinante thriller difícil de clasificar que se ha colado en sus primeros días como uno de los contenidos más vistos del servicio.
Basado en la homónima novela gráfica de Si Spencer publicada a mediados de la década pasada, Cadáveres hace partícipe al espectador de un misterio que se va desgranando a lo largo de cuatro épocas distintas pero con varios puntos en común: en Whitechapel (Londres) ha aparecido un cuerpo desnudo con un tiro en la cabeza y una extraña marca en la muñeca. ¿Quién diablos es? ¿Quién lo ha asesinado? De dar respuesta a esta y otras preguntas se encargarán cuatro detectives: Alfred Hillinghead, un inspector de 1890 que trata de resolver el caso mientras cultura su propio secreto; Karl Whiteman, un policía de moral dudosa que trata de ganarse unas libras en la bombardeada Londres de 1941; Shahara Hasan, una sargento muy competente en la capital británica del presente; y Iris Maplewood, una perspicaz detective de una distopía futurista del 2053.
Del drama de época al futuro orwelliano
Si en el cómic en el que se basa la ficción las cuatro épocas se ejemplifican muy bien a través de un dibujo diferente, en Netflix se apuesta por dar a cada una de estas épocas un estilo heredero de grandes obras de cada época. Así, el salto narrativo a finales del siglo XIX tiene mucho de Sherlock Holmes, la historia de Whiteman en plena Segunda Guerra Mundial recuerda a películas de cine negro, la investigación del 2023 es como ver un thriller policial de la BBC y nuestro viaje al futuro no deja de presentar un mañana orwelliano con mucho ciberpunk.
Esta mezcla heterogénea de géneros puede abrumar de inicio, ¿qué puede tener en común un drama de época con una serie de ciencia ficción experimental?, pero termina por convencer y absorbernos en su narrativa conforme vamos conociendo poco a poco la piezas del puzle, una conspiración de viajes en el tiempo que emerge, y que me recuerda ligeramente a 12 monos y otras historias del género como, por ejemplo, la tercera y no muy querida temporada de Westworld en HBO.

Detrás de todo esto pronto conocemos al tan misterioso como inquietante Elias Mannix (Stephan Graham), que eleva sin duda el nivel de su reparto (aunque el resto del elenco rinde a un gran nivel, con especial atención a Amaka Okafor) en una ficción donde cada uno de sus protagonistas tienen su propio desarrollo permitiendo que estemos ante algo más que un misterio de ciencia ficción.
El programa de Netflix está bien ejecutado y capítulo a capítulo dejará al espectador con ganas de más, provocando que se coma la cabeza tratando de descubrir la verdad de los extraños sucesos que se van presentado. Todo redondeado con una magnífica puesta en escena visual en la que cada época se siente bien representada, con un futuro de avances tecnológicos que, por algún motivo, me deja más preocupado que fascinado por nuestro mañana, y por un remoto pasado tan doloroso y turbio que no te hará sentir envidia alguna.
En definitiva, Cadáveres (Bodies) es una tensa historia de misterio y ciencia ficción que no podrás dejar de ver tras conocer el final de su primer capítulo, y que hará las delicias de aquellos que disfrutan de los viajes en el tiempo pero, sobre todo, de series sesudas como Dark. Sus ocho únicos episodios (es una miniserie, aunque todo puede extenderse si se quiere) pueden verse en Netflix.